Devoción y dependencia del Dios trino: Padre, Hijo y Espíritu Santo, digno de nuestra adoración y motivo fundamental de nuestro ministerio.
Fidelidad a las Escrituras: Es la verdadera Palabra escrita e inspirada por Dios, siendo la autoridad final y norma de nuestra fe y práctica.
Estabilidad familiar: Creemos que la familia es el núcleo básico de la sociedad, por tanto, estamos comprometidos a vivir, practicar y enseñar el patrón bíblico.
Dignidad de Las personas: Valoramos a las personas por ser creadas por Dios a su imagen y semejanza, por tanto, practicamos el compañerismo, el respeto mutuo dentro y fuera de la institución.
Consistencia teológica: Sostenemos una hermenéutica literal, gramático-histórico y contextual, que resulta en el sistema Dispensacional clásico o tradicional (Premilenial y pretribulacional).
Formación Integral: Estamos comprometidos con una educación bíblica-teológica, ministerial y espiritual.
Idoneidad: El personal docente y administrativo de nuestra institución, tiene el deber de realizar su trabajo con excelencia, devoción y humildad hacia Jesucristo, Su iglesia y la sociedad en su conjunto.
Responsabilidad con la gran comisión: Estamos comprometidos con el discipulado interpersonal, capacitando y animando a los siervos-lideres a cumplir con el mandato Divino.
Honestidad: Estamos comprometidos en administrar cuidadosa y responsablemente los recursos recibidos.
Integridad: Los miembros del Seminario, en su vivir actúan con rectitud, pureza, sinceridad, limpia consciencia ante Dios y los hombres.